Yo considero que es necesario el ahorro, es decir ingresar más de lo que se gasta, que ese ahorro no se fuga sino que con el paso del tiempo va a fluir hacia la Inversión.
El aumento del ahorro no debe provocar caída alguna de PIB. Si baja la demanda de los bienes de consumo porque aumenta el ahorro, esa baja estará compensada por el aumento de la demanda de bienes para la inversión. Para verlo, razonemos con “la economía de grano”, que tanto gusta a los neoclásicos. Si el agricultor baja el consumo de grano este año para construir el canal de riego del que hablan Dornbusch y compañía en su libro, la demanda total se mantiene, aunque varíe su composición. El agricultor consume menos grano para contratar con ese grano trabajadores y equipos para construir el canal. ¿Por qué entonces la baja de su consumo debería redundar en una baja de la demanda agregada? Ricardo ya había advertido esta cuestión; por eso dijo que no podía venir por este lado la explicación de la crisis, como erróneamente creían Sismondi y Malthus. Razonemos ahora en términos de la economía monetaria moderna. Si los hogares bajan el consumo y aumenta la compra de bonos y acciones de empresas (según los manuales S fluye a I),estas invierten en mejoras productivas y las hacen más eficientes, la economía se estimula y la demanda global se mantiene.
Demandas básicas que debemos pedir a nuestros políticos de cara al 20-N
Que gasten menos de lo que ingresen en todos los ámbitos de la administración, que fomenten el ahorro a nivel particular y que favorezcan políticas destinadas a que ese ahorro fluya a inversión productiva. No es tan complicado, no?
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